La población que vive en las áreas rurales se
asienta en forma dispersa en el campo o formando pequeños aglomerados o
pueblos. Suele trabajar en actividades
agropecuarias (agricultura y ganadería) o en la actividad forestal. Algunos trabajadores son empleados como peones
de campo, administradores o tamberos. Otros ofrecen su trabajo en más de un
lugar, según la época del año: son los trabajadores “golondrina”, que se
desplazan de un lugar a otro para
participar de la recolección de algodón o la cosecha de la caña de azúcar (es
decir, la zafra) en el norte de la provincia.
En los pueblos, además, algunos habitantes
poseen pequeños comercios o trabajan en establecimientos industriales.
La población que vive en el campo necesita
trasladarse hasta los pueblos o ciudades más
cercanos para satisfacer sus necesidades de vestimenta, alimentos,
salud, educación, entre otras. En la actualidad, los servicios de telefonía
móvil, televisión por cable e Internet permiten que los habitantes del campo no
se encuentren tan aislados.
Los pueblos, generalmente, cuentan con
servicios básicos: como, escuelas primarias y hospitales, entre otros. Para
poder asistir a la escuela secundaria, a la universidad o recibir atención
médica especializada, los habitantes de los pueblos deben trasladarse a las
ciudades.
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